Adiós corazón

Y qué me pongo sentimental. Así, de pronto. Pongo los ojos en el calendario y veo cómo ha pasado el tiempo, reviso mi larga lista de pendientes, me arrepiento de lo que no hice, contemplo lo que no quise. En fin, pierdo aún más tiempo.


Hay tratamientos para bajar de peso, pastillas para olvidar el dolor de cabeza, bálsamos para aliviar el dolor muscular... pero, para ese soplo frio que se arremolina en el corazón y que te quita el sueño a las cuatro de la mañana, ¿qué hay?

Sólo de pensar en el caldo de pollo para el alma me da una indigestión que ni con sal de uvas picot se me pasa. Por ahora sólo sigo buscando una cura milagrosa, una frase que purifique, una peli que anestesie, un viaje que sane. En el inter, entro a internet y me topo con esto:
Son trabajos de Yulia Brodskaya. Son Señales que hay que atender.

Comentarios

Entradas populares