Mucho por decir

Desviándome un mucho del tema de este espacio, hoy escribo inspirada por el mal humor que me produce ver a esos pequeños seres que aprendieron a realizar el "estornudo de etiqueta", pero desconocen que escupir en plena vía pública no es bien visto en el manual de Carreño (obvio, está mal darte la mano, pero no dejar un rastro de flemas en el suelo). Y es que, aunque "hoy en mi ventana brilla el sol", no puedo dejar de ver y oir a un grupito pro-priístas quienes, impulsados por una playera XXL y (no lo sé de cierto) una caja con lo que creen que es la "canasta básica" (llámese latas de atún, mayonesas y refrescosabecola), armaron un acto proselitista de ínfima cálidad política frente a mi casa.
No sé qué me indigna más: que los mexicanos sigan gritando las mismas consignas de siempre o que vendan la dirección de su propio país a un pazón regala playeras, o que repartan útiles panfletos con la jeta de un tal Olavarrieta o, esto sí ya es el colmo, que me hayan saludado al tomarles la foto.

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