¡Noviembre!

No lo había recibido como se merece, pero con esta ilustración le doy una bienvenida cálida como sus tardes. En este mes, las calles se convierten en alfombras naturales, crujientes y, por momentos, voladoras. A mi me gusta sentir el viento frío de la mañana en las mejillas y el calor de la tarde en mis pies. Ah, y como el cielo nocturno es muy oscuro, las estrellas brillan con más fuerza.
Sí, sí, es un mes que tengo muy bien ubicado en mi calendario; sobretodo porque en él celebro mi cumpleaños.

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