Ausencias

Muchacha en la ventana, Salvador Dalí (1925).

Ausencias

Hay ausencias dolorosas y presencias funestas. ¿Cuál prefiero? En realidad, preferiría no elegir. La verdad, no siempre está en nosotros decidir quién se queda y quien se va. Así vemos amigos que se marchan y gentecilla incómoda que se asienta en tu entorno. De ahí que lo más digno es elegir estar bien contigo.

Me ausenté por unos largos meses. Digamos que decidí irme a buscar y –¡oh, fortuna!– me encontré. Lo mejor es que, en el camino, hallé a muchos seres maravillosos. Y bueno, aunque no todos siguen conmigo, los que están me iluminan a seguir pintarrajeando este espacio.

De ahí que... Después de este intermedio... Oficialmente y con voz de maestro de ceremonia, digo:

¡CONTINUAMOS!