¡Qué oso!


Tal parece que el diseñador no se contenta con dictar tendencia, imponer aromas, recomendar dietas o tener un videojuego propio.
Evidentemente se trata de un nuevo objeto de estilo; lo que no sé es si se podría decir que éste es extravagante, original o grotesco.
Comentarios
Publicar un comentario